La teja árabe, también conocida como alomada o lomuda, permite escurrir el agua en tejados inclinados y entre los diferentes modelos, disponemos de teja clara, roja, rústica, envejecida, tabaco o flameada.
La teja árabe, también conocida como alomada o lomuda, es un elemento arquitectónico tradicional que se utiliza principalmente en tejados inclinados para permitir un eficiente escurrimiento del agua. Este tipo de teja se distingue por su diseño curvo, que facilita la canalización del agua de lluvia, evitando filtraciones y acumulaciones que puedan dañar la estructura del techo. Entre los diferentes modelos de teja árabe disponibles en el mercado, se encuentran variantes como la teja clara, roja, rústica, envejecida, tabaco o flameada, cada una aportando una estética particular y adaptándose a distintos estilos arquitectónicos.
Una de las principales ventajas de la teja árabe es su durabilidad. Fabricada tradicionalmente de arcilla cocida, este material le confiere una resistencia considerable a los elementos naturales como el sol, la lluvia y las variaciones de temperatura. Además, su capacidad para soportar cargas pesadas y su longevidad, que puede superar fácilmente los cincuenta años, la convierte en una opción muy valorada tanto en restauraciones de edificios históricos como en nuevas construcciones que buscan una apariencia clásica y perdurable.
El proceso de instalación de la teja árabe también presenta ventajas significativas. Su diseño permite un ensamblaje sencillo, donde las piezas se superponen y encajan de manera natural, creando una cubierta continua y sin fisuras. Esta facilidad de montaje no solo reduce el tiempo de construcción, sino que también minimiza los costos laborales. Además, su capacidad para adaptarse a diferentes formas y tamaños de tejados la hace muy versátil, permitiendo su uso en una amplia variedad de proyectos arquitectónicos.
En términos estéticos, la teja árabe ofrece una amplia gama de colores y acabados que permiten personalizar la apariencia del tejado según las preferencias del propietario o las exigencias del entorno. Desde tonos claros y neutros hasta opciones más rústicas o envejecidas, cada modelo de teja aporta una identidad única a la construcción. Asimismo, su acabado flameado o tabaco puede aportar un toque de distinción y sofisticación, haciendo de la teja árabe no solo una solución funcional, sino también un elemento decorativo que realza la belleza y el carácter del edificio.